jueves, 24 de marzo de 2011

Rosco

     En Pinoso se le llama rosco al pan para un bocadillo. Antes en los cines eran famosos y suculentos los roscos con filete y olivas (xorran anavem) que expendía La Flara, por ejemplo. Así había afición al cine, filete de todas clases ante la pasividad del tío Cirilo, el aposentador. Sesiones dobles de filete y de cine a un módico precio.
     Pero la anécdota es que en las tiendas de Pinoso (Los Mompones, la tía Flora, la tía Chocha, Luis Candia, Las Torrateras, etc...) el género se exponía en estado natural, sin empaquetar como ahora. Sacos con habichuelas, con azúcar, botas de sardinas y arenques, huevos que se vendían por unidades, odres de manteca, latas de filete y atún para su venta a granel, la colonia se compraba por onzas, el aguardiente por medidas...
      Pues bien, cuentan que en una de esas tiendas, un vecino va a comprar un rosco y pregunta el precio. Le dicen: -dos quinzets.
      - Dos quinzets?, dice todo cabreado al tiempo que lanza el rosco sobre el odre de manteca.
      - Dos quinzets?, això es un "robo"!, y lanza el rosco pringado sobre el saco de azúcar.
      - Però des-de quan ha pujat el pa?, y lo estampa de nuevo contra la manteca.
      - Mira no vull discutir, pren dos quinzets.
     Y se merendó un rosco de pan que pesaba doble que cuando salió del horno. Nyas coca!

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